Avanzamos por la vida en modo piloto automático sin ver la razón por la cual pensamos lo que pensamos. Sin embargo, nuestra cabeza está siempre ocupada con sus cosas y estos pensamientos generan emociones que posteriormente se convierten en acciones. Así que, aunque los estudios dicen que más de la mitad de lo que pensamos no sirve para casi nada y suelen ser pensamientos en muchos casos de desvalorización, seguimos a lo nuestro: con una intoxicación mental de primer orden. Es más, estas ideas que revolotean por nuestra cabeza habitualmente estan llenas de falsas creencias que damos por ciertas.
Con todo ello, nos hemos acostumbrado a estar en el mundo de una forma concreta sin pararnos a ver si a día de hoy podríamos hacerlo de diferente manera. Cuando estas creencias, cogen más fuerza de lo habitual, se convierten en ideas locas y entonces nos parece que “todo el mundo puede ser peligroso” o que “yo nunca sé lo suficiente”. Suelen ser varios los introyectos que nos hacen ir por la vida disfrazados de un personaje que en realidad no representa lo más valioso que llevamos dentro. De hecho, cuando las ideas locas se hacen todavía más poderosas, se convierten en delirios y entonces entramos en los límites de la patología.
Por eso, es importante pararnos a detectar estas creencias o ideas locas antes de que sea demasiado tarde. Para hacerlo no hay un método único; a veces será la terapia la que nos llevará a desvelarlas, a veces será la propia vida. Lo importante es que en el mismo momento que las pillamos, les ponemos nombre y las verbalizamos, pierden poder sobre nosotros.
De esta forma, comenzamos a retomar el mando de nuestra vida y podemos aspirar a ser un poquito más auténticos, vulnerables y transparentes.
Desde ahí podemos mostrarnos con lo que hay. Al fin al cabo, nuestro personaje no es tan interesante como nos pensamos; nuestra parte vulnerable y real tiene mucho más que aportar al mundo y a nosotros mismos. ¡Vamos a ello!
Autores del post: Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (Haiki)
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*Haiki está formado por Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (también en Stepienybarno). Ambos desde el 2009, y de manera muy intensa, están al frente de diversos proyectos digitales. Su presencia en la red se sustenta en tres pilares: la arquitectura, la Identidad Digital y nuestra actividad más personal en este blog de Haiki.
*Tanto Agnieszka Stepien como Lorenzo Barnó, han realizado el proceso SAT de Claudio Naranjo y, actualmente, están realizando la formación en terapia Gestalt. A su vez, tienen segundo nivel de Reiki y son practicantes de artes marciales como Taekwondo, Kung-fu o Tai chi.
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