LA TIRANÍA DE LA FALSA FELICIDAD

Vivimos tiempos de fachada, de aparentar lo que no somos, de dar al mundo una imagen irreal de lo que nos pasa. Se busca, consciente o inconscientemente, generar envidia… que nos aplaudan. La mirada del otro tiene mucho más peso de lo que nos gustaría. En este sentido, las redes sociales y el mundo 2.0 tienden a ensalzar nuestra neurosis y, de esta forma, terminamos pintando el mundo de color rosa.

No hay espacio para lo feo, para lo triste y mucho menos para nuestra parte más salvaje. Nos autocastramos sin darnos cuenta de nuestra locura. Locura disfrazada de normalidad.

 

Desde varios frentes, se nos impulsa a la felicidad porque sí, porque tú te la mereces y nos animan a estar siempre contentos y de buen rollo.

En más de una ocasión vemos las típicas recetas que nos dicen cosas tipo: “Aunque estés triste y desolado, cambia la posición de tu cuerpo, alza la barbilla, sonríe y  piensa en algo bonito; así, todo lo malo desaparecerá y podrás volver a la alegría”. Estas palabras, que pueden sonar muy bien, lo que esconden es una negación de emociones básicas que tienen tanto derecho a existir como las demás. La rabia o el miedo no son emociones negativas y negarlas es lo que puede hacer que se terminen volviendo contra nosotros -por ejemplo, en forma de enfermedades o diversas somatizaciones-.

 

Por todo ello, nos trae más cuenta enfrentarnos a lo que hay, más allá que sea bonito o feo, abandonando  la idea de vivir en un mundo ilusoriamente feliz. Reconocernos incompletos es una virtud.

La felicidad no depende de nuestro estado de ánimo, ni de estar siempre contentos; la felicidad depende de abandonar nuestros planteamientos neuróticos, dar un descanso a nuestro ego y conectar con la esencia de lo que, realmente, somos.

Desde ahí, podremos tomar la vida con todo lo que trae; asumiendo la belleza de la verdad aunque ésta no sea lo que nos esperamos.

 

 

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Autores del post: Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (Haiki)

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* Sobre Agnieszka Stepien y Lorenzo Barnó (Haiki):

Desde hace más de cinco años, nos dedicamos a ayudar a otros compañeros a tener una buena Identidad Digital, aumentar su visibilidad online y, en consecuencia, tener más oportunidades laborales. En el 2009 desembarcamos en la red y, desde entonces, no hemos dejado de formarnos y disfrutar de este maravilloso mundo.

Aunque de profesión original somos arquitectos, nuestro día a día se sustenta en tres pilares: la propia arquitectura, la Identidad Digital  (talleres offline + cursos online) y nuestro “mundo Haiki” (Gestalt, Sat, yoga, crianza consciente, artes marciales…).

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